Emilio Coco, traductor de Dionisia
DOSSIER/ 6
DIONISIA GARCÍA: SEÑALES DE UNA ESCRITURA POÉTICA LUMINOSA
TRADUCIR A DIONISIA GARCÍA
Por Emilio Coco
Conocí
a Dionisia García a través de mi hija Lucía que vive en Murcia
desde hace unos veinte años. Había leído algo de su producción
poética gracias a los envíos que desde Madrid me hacía
puntualmente Luis Jiménez Martos que por aquel entonces dirigía la
colección Adonais en donde la poetisa de Fuente-Álamo había
publicado su Mnemosine
(1981). Publiqué mis primeras traducciones sueltas de su poesía
sólo en junio de 1998, en la revista “Hyria”, bajo el título
“Se il mare qui arrivasse, possibile la gioia”, no me acuerdo si
antes o después de conocerla personalmente. Cuando la conocimos,
Dionisia nos transmitió a mi esposa Erminia y a mí una sensación
de serenidad y de familiaridad como si nos conociéramos desde
siempre. Es imposible sustraerse al encanto de esta señora con el
rostro de una belleza reposada, con unos modales elegantes y
delicados, dispuesta a escuchar y amable al proponer o sugerir.
A
partir de entonces empecé a ahondar en su poesía gracias a sus
libros que me enviaba a Italia a medida que se iban publicando o que
me regalaba en mis varias estancias en casa de mi hija.
Ahora
recibo una invitación de Fulgencio Martínez a colaborar con una
breve aportación sobre la obra de Dionisia, que formará parte,
junto con otros artículos, de un vasto dossier que se está
preparando para la revista “Ágora”. Confieso que mi primera
tentación ha sido renunciar porque no me considero un crítico, pero
no se le puede decir que no a Dionisia. Así que mi intervención
quiere ser más bien una reflexión sobre mi trabajo de traducción,
porque me siento más a gusto en esta tarea. Sin contar las muchas
publicaciones en revistas y antologías, hasta la última Poeti
spagnoli contemporanei (2008),
he publicado hasta ahora dos libros de sus poemas traducidos al
italiano: Anche se
al buio (I Quaderni
della Valle, Bari, 2001) y L’Albero
(I Quaderni di
Abanico, Bari, 2007).
¿Por
qué he traducido a Dionisia García? Ante todo porque la de Dionisia
es una de las obras cumbres de la poesía española contemporánea y
luego porque, al leer sus versos, me ha cautivado con la
densidad e intensidad extraordinarias de su palabra. Se percibe
claramente el signo de una madurez y perfección que no atañe solo
a la inspiración sino también a la textura verbal y prosódica.
Puedo afirmar que su poesía ha llegado a mí como un regalo no
falsificado por estereotipos y lugares comunes. Ella ha constituido
para mí uno de los últimos y más queridos descubrimientos. Una
poesía que quedará en la memoria de sus lectores cuando se hayan
borrado para siempre las efímeras fortunas de otros poetas.
Al
traducir a Dionisia he intentado permanecer fiel y próximo, en la
medida de lo posible, a la forma sin traicionar excesivamente el
contenido, esforzándome por remontar al espíritu que había dado
vida al texto original y con la ambición de que el lector pudiera
leer y gustar de aquellos poemas como si hubiesen sido escritos en
italiano y no como traducciones del español; y con la secreta
esperanza que encontrasen la aprobación de la autora o que por lo
menos fuesen juzgados con indulgencia.
Para
no ocupar demasiado espacio me limitaré a tomar en consideración
sólo el libro Anche
se al buio. Al
traducir los 20 poemas que lo integran,
he tratado de reproducir en mi lengua la extraordinaria musicalidad
de sus versos. Esto no quiere decir que sea preciso alejarse del
texto original. Muchas veces el ritmo y la musicalidad han
permanecido intactos también con la traducción literal,
precisamente gracias a la gran afinidad que existe entre los dos
idiomas. Como, por ejemplo, en estos versos de “Visión esperada”:
Eran
las horas calmas de la siesta
en
el patio encalado;
el
jazminero ofrecía su aroma.
Dormían
en la casa.
Sólo
yo vigilante,
y
vi pasar el tiempo
con
su carga de muerte:
un
humo que ascendía
convirtiéndose
en nada.
Y
esta es la traducción italiana:
Erano
le ore calme della siesta
nel
cortile imbiancato;
il
gelsomino offriva il suo profumo.
Nella
casa dormivano.
Soltanto
io vegliavo.
Vidi
passare il tempo
col
carico di morte:
un
fumo che saliva
trasformandosi
in niente.
Como
se puede observar he hecho sólo pequeños cambios (la posposición
del verbo al sustantivo :Dormían en la casa = Nella casa dormivano,
el verbo “vigilar” en vez del adjetivo “vigilante”, el punto
en vez de la coma) que no alteran en nada el metro y la musicalidad
del poema: Como en español también en italiano se han conservado
los dos endecasílabos (Erano le ore calme della siesta; il gelsomino
offriva il suo profumo) y los siete heptasílabos).
Otras
veces los cambios son más evidentes y he tenido que sacrificar
alguna palabra, forzar el sentido con tal de no rebajar la métrica.
A la pedante adhesión mimética he preferido una infidelidad
armoniosa. Las dificultades que plantea la traducción del español
al italiano derivan precisamente de la gran semejanza entre los dos
idiomas que, lejos de facilitar la empresa, se vuelve un impedimento
y obliga al traductor a elegir, anteponiendo la musicalidad a la
literalidad.
He
aquí un ejemplo de traducción que me ha obligado a alterar la
estructura del poema y a organizarla de una manera distinta. Se trata
del poema “El sol de la viña”. Aparte de algunos cambios o
reajustes (“Cresce il tempo, lo sento quasi in gola”” en vez de
la traducción literal “Cresce il tempo, quasi arriva in bocca”)
o la supresión de alguna palabra: “che io sappia come il sole
della vigna” en vez de “per sapere, infine, come il sole della
vigna”, he tenido que sustituir un endecasílabo por un alejandrino
y un heptasílabo por un endecasílabo (más que la oculta luz, tan
deseada=più dell’occulta luce, così desiderata; ahondar en la
pasión=scavare fino in fondo alla passione). La versión literal
hubiera sido un desastre desde el punto de vista del metro y de la
música.
El
traductor, dice el poeta Luciano Erba, es un “bricolador”. El
bricolador-traductor nunca sabe lo que acabará haciendo, actúa por
tentativas, interroga las cosas.
El
traductor maneja una materia difícil, ajena, impracticable y trata
de hacerla suya, de domarla de algún modo, de restituir a la
sustancia que tiene en las manos aquella forma que se le ha escapado
porque se vale de una lengua distinta.
A
mi parecer, el trabajo del traductor se parece a un puzzle muy
particular, consistente en recomponer de una manera no siempre
necesariamente igual a la original la imagen despedazada, aunque esté
obligado a utilizar los mismos minúsculos fragmentos que la
componían.
Otras
veces, no sólo hay cambios de métrica sino que hay palabras que en
la traducción se desplazan de un verso a otro, y adjetivos que
acaban por calificar a sustantivos distintos en los dos idiomas (del
espacio feliz del abandono= lo spazio /dell’abbandono dolce) como
en el poema “Aceptación del silencio”, del que transcribo la
primera estrofa:
El
despertar es siempre una manera
de
advertirnos a tiempo, y evitar la locura
de
ese primer instante que descubre
desvanecidos
sueños, y nos priva
del
espacio feliz del abandono.
La
traducción italiana dice así:
Sempre
il risveglio è un modo di avvertirci
in
tempo, ed evitare la follia
di
quel primo momento che rivela
svaniti
sogni e ci sottrae lo spazio
dell’abbandono
dolce.
¡Un
verdadero rompecabezas! Y a veces, para que el juego salga bien, hace
falta armarse de una paciencia infinita.
Algunos
ejemplos de traducción
De:
Anche se al buio
ANCHE SE AL BUIO
Vanno così le
cose al passo con i giorni:
vigile nella pena,
la morte sempre in fondo.
Il lavoro distrae
e fa dimenticare.
C’è forse un
altro modo per sopportare il peso?
Accompagnata o
sola, aperta la ferita,
con l’immensa
pazienza di cercarti,
di scrutar la tua
voce e il tuo mistero.
Come l’innamorato,
se mi accosto a me vieni
fuggi se mi
distraggo e ostinata ripeto
il rimprovero e il
dubbio. Tutto è vano.
Vinci Tu alla fine
e anche se al buio
la tua assenza mi
tiene compagnia.
CAMMINARE CON
L’INCERTEZZA
Se potessi tornare
al primo istante
al risveglio delle
presenze lieve
al grido che
evitare allor non seppi,
ai goffi errori.
Se potessi tornare
all’ardua mia scommessa
con la stessa
emozione,
fuori di me
sarebbe l’addensarsi del tempo,
le ferite
palpabili.
Tanto m’incurva
il peso
che più non so se
posso,
e non vorrei
essermi sbagliata.
Il rischio è una
luce,
e preferisco stare
con esso nel segreto
di una stanza che
mai nessuno ha visitata.
VEDERE
Vengo senza
conoscerti, entro nelle assemblee.
Vorrei la stessa
fede
di Teresa e
Giovanni della Croce,
ma in me il vedere
è sopra ogni altra cosa,
non so nemmeno se
possiedi un volto
e se potrei
poggiare sulla tua guancia un bacio.
Difficile è
procedere al tuo fianco,
volgo indietro lo
sguardo nel caso tu mi segua,
non seppero
vederti i miei occhi distratti.
GAUDIO INATTESO
Nella città
splendeva la mattina.
Le tegole
dell’abside barocco
sembravano di
vetro sotto il sole.
Entrai in chiesa e
vidi la Madonna.
Si stava bene lì:
quieta la luce, i
fiori,
e quell’impronta
antica delle cose
che scorre in
permanenza.
Invitava l’istante
a un rilassato
andare, e mi lasciai guidare
da un sentimento
estraneo ad altro sguardo
che non fosse
abbandono.
Traducciones
de Emilio Coco
EMILIO COCO nació en San Marco in Lamis (Foggia, 1940), es hispanista, traductor y
editor. Entre sus trabajos más recientes
destacan: Antologia della poesia basca
(Crocetti, Milán, 1994), tres
volúmenes de Teatro spagnolo
contemporaneo (Edizioni dell’Orso,
Alessandria, 1998-2004), El fuego y las
brasas. Poesía italiana contemporánea (Sial,
Madrid, 2001), Poeti spagnoli
contemporanei (Edizioni dell’Orso,
Alessandria, 2008), Jardines secretos
(Sial, Madrid, 2008), La
parola antica (Nove poeti indigeni messicani)
(Edizioni dell’Orso, 2010), Dalla
parola antica alla parola nuova. 22 poeti messicani d’oggi
(Raffaelli, Rimini, 2012).
Come poeta
ha publicado: Profanazioni (Levante,
Bari, 1990), Le parole di sempre
(Amadeus, Cittadella, 1994), La
memoria del vuelo (Sial, Madrid, 2002),
Fingere la vita (Caramanica
editore, Marina di Minturno, 2004), Contra
desilusiones y tormentas (Ediciones
Fósforo, Ciudad de México, 2007), Il
tardo amore (LietoColle, Falloppio,
2008, traducido al español, al gallego y al portugués, Premio Caput
Gauri, 2008), Il dono della notte
(Passigli, Florencia, 2009, Premio Alessandro Ricci-Città di
Garessio, Premio Città di Adelfia, Premio Metauro, Premio della
Giuria “Alda Merini”), El don de la
noche y otros poemas (“Temblor de
Cielo”, La Otra, Ciudad de México, 2011), Ascoltami,
Signore (Edizioni dell’Orso,
Alessandria, 2012, traducido al español con el título Escúchame,
Señor, Mantis Ediotres, Messico, 2012)
y algunas plaquettes.
En 2003 el rey de España Juan Carlos I le otorgó la encomienda con
placa de la orden civil de Alfonso X el Sabio.
REVISTA ÁGORA DIGITAL MAYO 2013